Primer Milagro
Ciudad del
Vaticano (Viernes, 23-12-2016, Gaudium Press) Verónica Stobert, mujer de
Pedro Nuñez, estaba en la semana número 36 de su embarazo; venía el pequeño
Sebastián. El 10 de septiembre de 2003 sintió un dolor en el abdomen, alta
presión y a veces perdía la conciencia. Lo que creyó ser un parto anticipado se
trasformó en preclampsia, estado crítico del embarazo, donde se combinan
hipertensión, alto nivel de proteína en la orina, edemas en cara y manos,
alteraciones hepáticas.
El diagnóstico cuando llegó al hospital fue seguido de la
indicación apremiante: tenía que hacerse una cesárea urgente.
En las siguientes horas se le diagnostica estallido hepático
con grave hemorragia incontrolable, sangre que no coagula, insuficiencia renal,
insuficiencia hepática, problemas neurológicos y fallo multiorgánico: la muerte
estaba cercana.
En medio de la aflicción por el estado grave de Verónica,
Pedro se dirige a la capilla del colegio Divina Pastora de la Florida , en Chile, a pedir
la curación de su mujer, a quien ya se le había practicado la cesárea. En la
capilla estaba la Madre
Patricia Olivares, religiosa calasancia que hoy es directora
de la calasancias en Nuñoa, y quien narra lo que sigue:
"Cuando ya no había nada más que hacer, el marido dijo
que lo único que le quedaba era volverse a Dios. Entonces él fue a nuestro
colegio, pidió la capilla, entró con sus hijos; yo entré con ellos y me quedé
unas bancas más atrás y les dije que íbamos a interceder ante nuestro fundador,
el Padre Faustino. Verónica no coagulaba nada y en la tarde ya estaba
coagulando. Quienes hemos vivido este proceso pensamos que es un tremendo
milagro, por intercesión del Padre Faustino", explicó a la prensa chilena
en 2009. La imagen del Beato Faustino estaba en la capilla.
Después de las oraciones de Pedro y las religiosas, Verónica
se recuperó milagrosamente. Ese es el favor que hoy ha recibido el "sello
de autenticidad" con la firma del Santo Padre, y con el cual se permite la
canonización del Padre Faustino.
Segundo Milagro
El segundo milagro fue en Argentina Hurlingham un chico de 17 años llamado Oscar Leguizamòn que
estaba internado en el hospital de San Miguel. La monja la madre Nieves
recorría todos los hospitales repartiendo la novena del Padre Faustino. La
madre del chico que estaba en terapia intensiva en estado vegetativo comienza a
rezar la novena por su hijo. Al cuarto día de que la mama estaba rezando la
novena, el chico se saco las ondas por las cuales respiraba y se alimentaba, se
sentó y pidió comida. Este hecho fue a las 4 de la mañana a fines del 80
principios del 90. El vaticano mando médicos para ver lo sucedido y aprobó el
milagro.
El vaticano tiene un equipo de médicos los cuales solo en 25% son católicos
y el resto son ateos, judíos y musulmanes. Precisamente para que a los milagros
le pongan todos los peros, cuando no existen más peros porque cada cosa esta
demostrada ahí lo aprueba como milagros. MILAGRO significa que hubo unas
acciones repentinas en la que no hubo una intervención humana, ni médica ni de
medicamentos y tiene que ser repentina no es que yo rezo y después de 4 meses
se va a curar, si no que tiene que haber un cambio en cuestión de horas o
poquito tiempo.
Con estos dos milagros el padre Faustino consigue ser santo. El proceso
para hacerse santo es el siguiente:
-Alguien manda la vida de la persona que se considera que puede ser santo
al vaticano.
-El sector de la sagrada congregación para los santos una vez que se
considera que la persona puede ser santa se la considera cierva de Dios, es decir,
que hay que buscar más testimonios.
-cuando buscan más testimonios el vaticano considera a la persona
venerable, es decir, repartir la estampita en carácter privado. La estampita se
reparte con la novena.
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